¿Substack es el nuevo Twitter/X, en realidad?
Aquí te explicamos cómo hemos llegado hasta aquí y por qué, parece, es mejor. Una guía, con preguntas y respuestas.
¿Substack es el nuevo Twitter/X, en realidad?
Aquí te explicamos cómo hemos llegado hasta aquí y por qué, parece, es mejor. Una guía, con preguntas y respuestas.
¿Cuál fue el impacto de Twitter?
Durante la década de 2010, las redes sociales —y, en particular, la plataforma Twitter— cobraron más importancia que cualquier creador de contenidos en la dieta informativa nacional de Estados Unidos.
Se decía que era un sitio de «microblogging», pero no era una versión más pequeña de los blogs de entonces (que solían tener menos contenido que ahora); se trataba, en esencia, de un caos total. El feed era una mezcla interminable de todo tipo de contenido imaginable: chistes, noticias, memes, pensamientos espontáneos, discusiones, enlaces a entradas de blogs, insultos y mucho más. Más que Facebook, YouTube o cualquier otra red social, Twitter daba la sensación de abrir el mundo entero y vertértelo en la boca; el único acontecimiento comparable fue la creación de la propia web.
Con los años,, Twitter se había consolidado como la plaza pública de la información: tomó cien millones de discusiones que habían estado fragmentadas en foros, chats y secciones de comentarios, y las reunió todas en un solo lugar. En Twitter, el usuario sentía que podía conocer a cualquiera, llamar la atención de cualquiera o formar parte de cualquier acontecimiento importante del mundo. Como fuente de información, no tenía rival: si caminaba por la calle y veía humo, podía hacer una búsqueda rápida en Twitter y averiguar en cuestión de minutos de que se trataba.
¿Qué ventaja tenía?
La ventaja insuperable de Twitter sobre cualquier otra plataforma de debate era su radical apertura. En Twitter podías hablar directamente y sin permiso con cualquier persona de toda la red; si la etiquetabas, aparecías en sus notificaciones. Cualquiera podía entrar en la discusión de otra persona sin permiso, y nadie tenía el poder de expulsarla. No había muros ni separadores entre comunidades o conversaciones. No había moderación, ni filtros, ni privacidad, ni jerarquía integrada. Parecía un paso más cerca de una mente colmena global.
Quizás aún no hemos valorado hasta qué punto los disturbios de la década de 2010 fueron el resultado directo de esta única plataforma de debate.
¿Tenía su lado oscuro ya entonces?
Si. Los investigadores descubrieron que el sistema de retuits de Twitter amplificaba y recompensaba a los agitadores más sádicos y oportunistas de nuestra sociedad, cuyo deseo de fomentar el caos social se había visto frustrado anteriormente por su aislamiento geográfico y su exclusión de los medios de comunicación tradicionales. Pero la investigación también demostró que incluso la gente normal tenía incentivos para actuar de forma tóxica: si podías humillar a alguien o convertirlo en el «protagonista», la plataforma te recompensaba con estatus social en forma de seguidores y «me gusta».
La cultura de la cancelación en sí misma fue casi en su totalidad una creación de Twitter: fue el miedo a ser gritado en Twitter lo que llevó a las empresas y otras organizaciones a acceder a la voluntad de las masas que exigían que se castigara a algunos de sus empleados. Desde 2014, desde luego no ha sido algo positivo para la humanidad.
¿Pero también era necesaria, al menos para ciertas profesiones o ámbitos, verdad?
Cierto. A pesar de su caótica influencia, Twitter era una herramienta indispensable. Ofrecía conversaciones sobre asuntos públicos más ricas, más informadas y más interesantes que casi cualquier foro, blog o grupo de chat. Ofrecía oportunidades inigualables para conocer gente, incluso famosos, y establecer contactos. Para los blogueros (como luego ocurrió cuando arrancó Substack), era la forma más importante de promocionar su contenido. Para los periodistas, se convirtió en la redacción universal: existía la sensación de que si algo no ocurría en Twitter, no merecía la pena informarlo.
Durante acontecimientos como elecciones, protestas, guerras y desastres, Twitter era, con diferencia, la fuente más rápida y mejor de información actualizada al segundo, porque todo el mundo competía por ganar estatus social en la plataforma informando de cualquier cosa que ocurriera en su entorno. Twitter era la fuente de información de la nación: te permitía tomar el pulso al espíritu de la época, evaluar el estado de ánimo nacional e identificar los temas de debate más importantes. Los profesores te enseñaban cosas en Twitter. Los jóvenes te inundaban de chistes y memes. Era una aplicación para tomar notas, una tribuna, una aplicación de chat y un repositorio para tus pensamientos más íntimos. Era el software más adictivo, absorbente y omnipresente que había utilizado nunca.
¿Y qué pasa ahora con todo eso?
Pues parece que ahora está muriendo.
Hay muchos datos que muestran un descenso en el uso de Twitter desde que Elon Musk se hizo con la plataforma y la renombró «X». Por ejemplo, experimentó una caída del 30 % en su uso entre 2023 y 2024, según un estudio de Edison Research. Los datos, que forman parte de un estudio más amplio realizado por Edison, indican que el 27 % de la población total de EE. UU. declaró haber utilizado X en 2022 y 2023, una cifra que había descendido al 19 % en 2024.
También, según datos de SimilarWeb (que analiza la popularidad de las plataformas y sitios web), en el periodo previo a las elecciones presidenciales americanas de 2024, X perdió continuamente usuarios activos diarios. De hecho, durante todo el mes de octubre de ese año, X registró una caída de entre 300,000 y 2,6 millones de usuarios activos diarios en EE. UU. Desde principios de octubre de 2024, los usuarios activos diarios en EE. UU. han caído de 32,3 millones a 29,6 millones, lo que supone un descenso del 8,4 %. Según los analistas, parece que X continuará su declive en 2025.
¿Y todo por el manejo que hizo Musk de la plataforma?
No exactamente. La versión oficial es que el propio Musk provocó el éxodo con sus políticas de derecha, sus laxas normas de moderación, los cambios en la plataforma y sus constantes excentricidades personales. Pero, aunque eso es parte de la historia, el declive de Twitter comenzó mucho antes de que Elon tomara el control. En 2022, el porcentaje de adolescentes que utilizaban Twitter se redujo de un tercio a mediados de la década de 2010 a menos de una cuarta parte.
¿Tan importante es el rol de los adolescentes y jóvenes?
Se puede decir que sí. Tal como van los jóvenes, así va la plataforma. La vitalidad cultural que muchos disfrutaron en los primeros días de Twitter —las bromas, los memes, las instantáneas de la vida cotidiana— se desvaneció gradualmente a partir de 2014.
¿Por qué?
No estoy seguro de por qué sucedió esto. Puede ser porque el tono de la plataforma se volvió más oscuro y agresivo después de la invención del retuiteo. Quizá sea porque la gente aprendió por las malas que escribir tus pensamientos más íntimos en la plataforma más abierta que existe puede tener graves consecuencias personales si la turba equivocada ve tu tuit y se lanza a por él.
O quizá sea simplemente que el formato de la plataforma se agotó y los jóvenes pasaron a algo más nuevo e interesante, como suelen hacer. Pero, en cualquier caso, el resultado fue una generación que creció viendo Twitter como una comunidad nicho en lugar de como la «plaza del pueblo» global. El sitio se convirtió gradualmente en el MySpace de los millennials.
¿Pues Musk no hizo muy buena compra, quizás?
O quizás si. Su anuncio de crear un nuevo partido está respaldada por el control de X, además de su dinero.
En cualquier caso, la caída de usuarios de Twitter no perjudicará necesariamente a Musk, que ha hecho que su empresa de inteligencia artificial xAI compre X por un precio similar al que pagó originalmente por la plataforma. Y la adquisición puede incluso merecer la pena: xAI podría recuperar su inversión gracias al repositorio de datos de entrenamiento que ya posee X. Pero el menor número de usuarios degrada los efectos de red que hacen importante a una plataforma como Twitter. La ley de Metcalfe funciona en ambos sentidos: a medida que disminuye el tamaño de una red, las mayores pérdidas de valor se producen al principio.
Es decir, ¿se podría sostener que es casi como un cascarón vacío?
Con el tiempo, es muy probable. X tiene muchos casos de uso básicos, pero cada uno de ellos se debilita día a día. Ya no es un lugar para conversaciones inteligentes: muchos de los usuarios más inteligentes han abandonado la plataforma, por lo que las respuestas están dominadas por activistas, trolls y gente aburrida que lanza declaraciones memorizadas mientras deambulan por ella. Y bots, por supuesto, muchísimos bots.
¿Pero no es pieza clave de la información y fuentes del periodismo?
También eso está cambiando. El éxodo de usuarios también ha hecho que X sea mucho menos útil para medir el estado de ánimo nacional, o incluso para ver de qué se habla hoy en el país. El hecho de que el declive se concentre en grupos concretos —progresistas, jóvenes, minorías, etc.— significa que la plataforma es menos representativa del país. Eso, a su vez, hace que X sea menos valioso para los periodistas como «mesa de redacción», porque muchas cosas importantes y relevantes simplemente no se discuten en la plataforma.
¿Pero algo quedará, verdad?
Así es. X sigue siendo útil como aplicación de mensajería: muchas de las conexiones forjadas en el apogeo de Twitter siguen activas, y hay mucha gente con la que solo sé contactar a través de los mensajes directos de X. Pero, a medida que esas personas consultan cada vez menos sus cuentas de X, la función de mensajería también se está degradando poco a poco.
Musk también introdujo dos cambios clave en la plataforma que han socavado sus antiguos casos de uso. A principios de 2023, X empezó a mostrar por defecto a sus usuarios una pestaña «Para ti» que muestra un feed generado algorítmicamente similar al de TikTok, en lugar de un feed creado por las personas a las que sigues. Se puede cambiar al feed antiguo «Siguiendo», pero mucha gente no lo hace. (Esto recuerda que Substack tiene algo parecido).
En segundo lugar, Musk desactivó los enlaces externos: cualquier tuit que enlace a artículos, vídeos u otros sitios web externos a la plataforma se suprime en el feed «Para ti».
¿Qué efectos tienen estos cambios?
Estos cambios han hecho que X sea mucho menos útil como agregador de noticias e información interesante de Internet. La gente sigue publicando enlaces, pero los incluye en tuits posteriores, por lo que lo que se ve principalmente son los tuits iniciales, es decir, párrafos del texto original sin enlaces. Esto también hace que X sea un lugar mucho peor para promocionar tu propio trabajo.
Pero quizás lo más importante es que estos cambios son una de las principales razones por las que X ya no es el lugar donde encontrar las últimas noticias. Durante el reciente conflicto entre India y Pakistán, fue realmente muy difícil encontrar información fiable y oportuna en X; en cambio, muchas personas volvieron a las páginas de actualización en tiempo real de noticias de última hora, o 24 horas, y otros sitios web de contenido tradicional sobre lo que ocurre en el mundo.
¿Cómo es esto posible?
Creo que es bastante interesante y sutil entender por qué X es menos útil para las noticias de última hora. En los viejos tiempos de Twitter, existía un incentivo social para que todos los usuarios de la plataforma A) informaran en tiempo real sobre cualquier cosa que estuviera sucediendo a su alrededor, y B) impulsaran los informes en tiempo real de otras personas. Las redes sociales son básicamente un juego en el que la gente intenta ganar estatus, y en Twitter se podía conseguir atención, seguidores y «me gusta» siendo una fuente que otras personas leían para mantenerse al tanto de los acontecimientos de última hora. Así que todo el mundo lo hacía.
Ahora ese incentivo se está erosionando. Los nuevos algoritmos de las redes sociales no muestran necesariamente noticias sobre nuevos acontecimientos, sino que suelen mostrar tuits sobre temas en los que has demostrado interés en el pasado. La eliminación de los enlaces externos significa que, si compartes una fuente de tus noticias de última hora, tu tuit será suprimido; por lo tanto, la mayoría de los tuits fácticos y bien informados sobre un acontecimiento de última hora no se diferenciarán de las diatribas aleatorias. Y, en general, la reducción de la base de usuarios de X y la disminución de los niveles de participación significan que hay menos seguidores nuevos que captar.
¿Y qué ocurrirá?
A medida que los usuarios de X pierden interés en informar sobre todo lo que sucede a su alrededor (y en potenciar los informes de los demás), la función principal de la plataforma se desintegra: ya no es el primer lugar al que se acude para obtener noticias de última hora. Más que por cualquier otra razón, esa es la razón por la que muchas personas han pasado mucho menos tiempo en X últimamente.
¿Y dónde está aquí la oportunidad para Substack?
El futuro no está escrito, pero si X ya no es el lugar para las noticias de última hora, eso ofrece a otras plataformas la oportunidad de dar un paso al frente y ocupar ese lugar. Si las páginas de actualizaciones de las televisiones (muchas son de la década de 2000) son lo mejor que podemos ofrecer en materia de noticias de última hora, incluso en la era de las redes sociales y la inteligencia artificial, algo puede llegar.
Han aparecido muchos competidores, entre ellos Substack. Esta plataforma, de alguna forma, ha resucitado la blogosfera de antaño. ¿Por qué no también puede posicionarse como líder en ofrecer las noticias de última hora?
Obviamente, Substack probablemente no pueda replicar la magia del «periodismo ciudadano» de la década de 2010 en Twitter, pero sí que puede crear un nuevo tipo de blog dedicado a las noticias de última hora en tiempo real, una versión independiente de las páginas de actualización en tiempo real de las televisiones. Y Substack probablemente pueda utilizar sus herramientas de distribución que ya tiene (resúmenes diarios por correo electrónico, la herramienta Notes, que precisamente se creó para competir y es similar a Twitter) y quizás algunas herramientas nuevas para agregar feeds de noticias de última hora.
Está bastante claro que no conseguiría que todo el mundo se involucrara en la información, como hizo brevemente el antiguo Twitter. Pero podría reunir, amplificar y agregar a un montón de reporteros sobre el terreno y agregadores de noticias humanos. Este enfoque para las noticias de última hora podría ser sostenible a largo plazo.
¿Pero Substack en esto se enfrentará a gran competencia, verdad?
Si, y eso puede ser bueno. Tener una sola plaza pública no funciona en el mundo físico, y tampoco tiene sentido en el mundo digital. Gran parte del resto del mundo (al menos, el occidental) se reunió en un solo lugar en la década de 2010, y ese lugar era Twitter. Pero ahora que el debate se ha fragmentado en un caleidoscopio de canales de Discord, chats grupales, subreddits y servicios más pequeños similares a Twitter, como Bluesky, Mastodon, Notas de Substack y Threads, tenemos la oportunidad de elegir, hay más variedad para los diferentes gustos. Muchas otras se pasarán a debates más privados y a análisis más tranquilos y menos performativos.
La era de Twitter destruyó la vieja era de los medios tradicionales tan rápido que el mundo casi no se dio cuenta. Ahora esa era parece estar llegando a su fin, antes incluso de que hayamos entendido lo que significaba.